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La verdad sobre el motorista fantasma |
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LA VERDAD SOBRE EL MOTORISTA FANTASMA:
El motorista fantasma es el alter ego de Jhony Blaze. Este era un muchacho que vivia en una caravana cochambrosa con su padre, el cual más que fumar se metía en vena Malboro. Su feria ambulante no era que digamos muy gloriosa. Las mayores atracciones eran: Pancracio, el chimpancé que se mete un dedo en el culo y "Misterio", el hombre que solo se vuelve invisible cuando nadie le está mirando. Dicho esto es de suponer que no andaban muy bollantes de pasta. Además, para colmo, el número estrella de los motoristas padre e hijo (no deberían llamarse ni motoristas porque sus motos no habrían sido aceptadas ni por el gitano más pobre y gitanuno) era atravesar un aro de fuego. Y ya. No había mas ciencia, y despues de que el publico se hubiese dado cuenta que el fuego era más falso que el tiburón del cartel de la feria pues se iba indignado.
Para sacarse unos chavos extras Jhony Blaze manejaba a unas cuantas fulanas latinas de baja estofa. Entre ellas se encontraba su gran amor: Rosana. Un buen día, ciego de pegamento decidió grabar en un roble milenario sus nombres. Ni que decir tiene que las heridas inflingidas por la cheira herrumbrosa de Jhony acabaron causando una enfermedad mortal en el roble.
Y así transcurria la miserable vida de Jhony Blaze hasta que un buen día un viejuno desconocido se presenta ante su puerta (bueno, no exactamente ante su puerta, sino ante la carpa semipodrida donde Jhony se drogaba). Este viejo le dice a Johny que es el diablo y le hace firmar un contrato para que su padre se cure de un terrible ataque de almorranas. Jhony, que es feriante y se huele un timo a kilometros, firma teniendo en mente futuros contratos de multipropiedad que endosarle al viejales que se hace llamar Mefistofeles o Metacafé, algo así.
Al día siguiente su padre se levanta tremendamente aliviado y Jhony empieza a sospechar que el pegamento que esnifó ayer era de muy mala calidad.
Pero lo que no piensa es que lo dejó tirado sobre la rampa cutre que usan para sus saltos. Así que cuando su padre se pone a hacer el número se le pega la moto y cae entre las llamas. Como los payasos de seguridad (literalmente eran unos payasos, con nariz roja y todo) estaban drogados tardan algo así como 15 minutos en sacar al padre de Jhony de las llamas y este muere.
Jhony enfadado decide que lo mejor que puede hacer para afrontar la situación es coger la moto, y tirar peu. Abandona a su novia bajo una lluvia de mil pares de cojones y se espeta una ostia en un cruce.
Años más tarde Jhony Blaze se ha hecho famoso pero no por su habilidad sino porque se pega siempre unos porrazos terribles.
Es entonces cuando aparece el malo maloso. Un demonio salido del infierno, repleto de maquillaje y sombra de ojos y armado con un carro de frases hechas. Entra en un bar y mata a todos los asistentes a la CMBG: la convención de motoristas con bigotes grotescos. Es entonces cuando llama a sus secuaces. estos son un derroche de imaginación: uno se forma a través de la arena, otro del agua y un ultimo del viento. Juntos, deciden su destino, Y ATENTOS porque es aquí cuando surge el nombre que ni los más fumados concejales de turismo osarían repetir: el pueblo de SAN VENGANZA.
Mientras Metacafé decide que esto no puede ser y que su hijo-dragqueen-reina de los infiernos debe ser detenido para que no avergüence a la familia en la urbanización del infierno. Por eso decide llamar al MOTORISTA FANTASMA, aunque muy bien hubiera podido llamar al CARTERO FANTASMA o al TELEPIZZA FANTASMA o al TAXISTA DE ETNIA DUDOSA FANTASMA.
Y entonces Jhony Blaze estalla en llamas, pero por suerte aquella tarde había decidido ponerse su camiseta de amianto y su chupa de cuero ignífuga. Se monta en su moto de desfile y recorre durante unas horas la ciudad causando destrozos.
Al final, por esto de la entropía y la inercia narrativa acaba topando con el hijo de Metacafé y sus secuaces. Despues de unas cuantas frases hechas del fulano del rimel del estilo de: No puedes vencerme porque soy el mal y soy más malo que las hamburguesas del alimerka...Pues que harto de tanta discusión filosófica el MOTORISTA FANTASMA comienza a repartir mamporros.
Aqui ya muere estupidamente uno de los secuaces, el que tenía el poder de la pelusilla.
El resto no es más que una serie de absurdas desventuras del Jhony Blaze y que gracias a su gran labor procesal acaba en el trullo.
Pero claro, el motorista fantasma va y escapa. Lucha contra el tio de viento con el irremediable resultado de la muerte del demonio ventoseado.
Y entonces aparece su tocayo, el JINETE FANTASMA. Y juntos deciden emprender una cabalgada por el desierto para acabar con el hijo de Metacafé y su horrible base de maquillaje de Margaret Astor.
Despues de dos horas de cabalgar como locos por el desierto y pensar que el motorista fantasma seguia al jinete mientras que el jinete pensaba que estaba siguiendo al motorista pues van, giran a la derecha en el ultimo cactus y llegan a SAN VENGANZA. El jinete fantasma se va porque no había presupuesto para los dos y el MOTORISTA FANTASMA entra en la ciudad por la ruta turística, una CIENAGA ASQUEROSA. El lugar ideal para que el demonio de agua lo ataque. Pero claro, si calientas el agua esta hierve. Resultado igual a la muerte de tercer demonio culotrufo.
Ya en la plaza del pueblo aparece el imitador de The Kiss y comienza la tipica lucha entre el bien y el mal. Al final con más pena que gloria el MOTORISTA FANTASMA gana y los productores de Paramount Pictures acaban convencidos de no hacer una segunda parte.
AAAARRRGGGHHHHHH
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